Sólo Dios basta
Si horas de lucha hay en la vida
yo encuentro siempre quien me levante
y oigo en el alma tu voz querida:
NADA TE TURBE, NADA TE ESPANTE.
Cuando se escapa lágrima ardiente
con un gemido que el alma abrasa,
es un consuelo tu voz clemente
que me repite: TODO SE PASA.
Mirando al cielo he dicho a veces
¡ Santa Teresa ! ¡ Ven en mi ayuda !
Y tú enseguida te compadeces,
segura exclamas: DIOS NO SE MUEDA.
Y entonces sigo de mi destino
el curso firme con las esperanza
que iluminando va mi camino
pues LA PACIENCIA TODO LO ALCANZA.
Nadie insensible queda al tratarte,
amor tan grande, ciencia tan alta,
hay que inclinarse al escucharte:
QUIEN A DIOS TIENE NADA LE FALTA.
Con la modderna filosofía
tu voz serena, dulce, contrastas,
invade el alma de poesía
y en ella vibra: ¡SOLO DIOS BASTA!
Santa Teresa de Jesús