Fiesta de la Inmaculada
Sucedió de un modo inesperado.
Ahora la noche está serena y su silencio lo inunda todo, invitándome a proclamar a voz en grito un canto de alabanza y bendición, de acción de gracias y de alegría. Un canto entonado desde lo más profundo de mi corazón de Madre recién estrenado.
Estaba ocupada en el quehacer cotidiano y de pronto sucedió. La Presencia de Dios lo llenó todo de luz y de gracia. Lo hizo como solo él sabe hacer: careciendo de medida, desbordando sin proporción mi vida, pequeña y pobre, pero confiada y segura como criatura en su regazo. Y estoy segura que también irrumpirá así en tu propia vida.
No temas, deja que suceda. Háblale de corazón mientras El pronuncie su Palabra sobre ti, como hizo en mí